Karl Mauch estaba convencido que aquella enorme fortaleza del Gran Zimbabue no podía ser otra cosa que una construcción realizada por blancos, quizá fenicios, y que estaba relacionada con las minas del Rey Salomón. Pero ni una cosa ni otra. Y eso no quita un ápice de interés a la fantástica historia que los rodea. Jesús Callejo nos lo cuenta en el cronovisor
Karl Mauch estaba convencido que aquella enorme fortaleza del Gran Zimbabue no podía ser otra cosa que una construcción realizada por blancos, quizá fenicios, y que estaba relacionada con las minas del Rey Salomón. Pero ni una cosa ni otra. Y eso no quita un ápice de interés a la fantástica historia que los rodea. Jesús Callejo nos lo cuenta en el cronovisor
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